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3 predicciones sobre el futuro del trabajo remoto después de la COVID-19

Enreach 03/12/2020
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La propagación global de la COVID-19 ha llevado a un rápido cambio en la que los empleados de las empresas pasan a trabajar desde casa y dependen de herramientas de trabajo remoto, en un esfuerzo por mantener la continuidad del negocio. Para muchas organizaciones, esta es la primera vez que los equipos deben colaborar, operar y comunicarse virtualmente a través de la tecnología.

Si bien la pandemia continúa evolucionando a nivel mundial, muchos ya están planificando el “después” de esta situación: un futuro en el que cese la transmisión de la COVID-19 y la vida se reajuste lentamente. ¿Cómo impacta el cambio en el comportamiento en el lugar de trabajo que estamos viendo ahora en cómo trabajaremos en el futuro? ¿Qué podemos esperar del trabajo remoto a largo plazo? ¿Cómo se transformarán las organizaciones a partir de ese período?

3 predicciones sobre el futuro del trabajo remoto después de la COVID-19
1) El trabajo remoto ha llegado para quedarse

Muchos expertos creen que este cambio hacia el trabajo desde casa será más permanente, en lugar de temporal. De hecho, una encuesta realizada por la empresa de investigación global Gartner con 317 directores financieros y líderes de finanzas comerciales encontró que el 74% planea trasladar su fuerza de trabajo anteriormente ubicada en la oficina a posiciones permanentemente remotas después de la COVID-19. Entre este grupo, el factor más importante que impulsó este cambio fueron los beneficios de ahorro de costes del trabajo remoto, un factor del que han obtenido una visión clara durante este brote actual. Esto proviene de la reducción tanto del gasto en tecnología in situ, así como de la reducción de costes en los gastos inmobiliarios.

Al mismo tiempo, también existen beneficios económicos para los empleados: un estudio realizado por la plataforma de contratación online FlexJobs descubrió que los trabajadores remotos ahorran hasta 4.000 dólares al año en viajes diarios, comidas en la oficina y otros gastos diversos. Estas ganancias financieras, cuando se combinan con la mínima interrupción o efecto sobre los niveles de productividad y el bienestar del personal, dejan pocas razones para que muchas empresas vuelvan a los estilos de trabajo tradicionales incluso después de que cese la pandemia.

2) La tecnología seguirá desempeñando un papel importante

Las organizaciones confían más que nunca en la tecnología para permitir que el trabajo se realice sin problemas con empleados remotos. Existe una creciente demanda de soluciones de lugar de trabajo virtual que ayuden a los teletrabajadores a continuar colaborando, comunicándose y operando como de costumbre. A medida que los equipos trasladan sus reuniones a videoconferencias, su espacio de trabajo a una junta de gestión de proyectos y sus procesos a flujos de trabajo digitales, muchos están viendo el gran beneficio en eficiencia y transparencia que proviene de poner el trabajo online.

De manera similar, las actividades sociales en el lugar de trabajo y las conversaciones entre colegas están encontrando su versión online a través de chats grupales dirigidos por empleados y “happy hours” virtuales. Con el espacio de trabajo digital capaz de reproducir todos los elementos del trabajo conjunto en una oficina, es probable que más empresas se apeguen a esto como una solución a largo plazo y un método de trabajo conjunto como parte de su “nueva normalidad”.

3) Fortalecimiento de las políticas del trabajo remoto

Por otro lado, también hay una gran cantidad de empleados que no prefieren trabajar desde casa, ya sea por las distracciones o por su preferencia por desplazarse a un espacio de trabajo físico. Un artículo del New York Times sobre el tema sugiere que muchas empresas recurrirán a un enfoque híbrido, esto es, podría haber equipos A y equipos B trabajando de forma remota en días diferentes. Esto exigiría que las empresas introduzcan políticas adecuadas de trabajo remoto para garantizar una cultura de lugar de trabajo sólida y operaciones eficientes mientras trabajan con equipos distribuidos. Una vez que la COVID-19 acabe, las empresas deben aplicar lo que han experimentado y aprendido durante este proceso para mejorar continuamente sus políticas de trabajo remoto a largo plazo.

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