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¿Será el teletrabajo la nueva normalidad en las empresas después de la crisis COVID?

Enreach 05/05/2020
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¿Cuáles son los retos del trabajo remoto y cómo deberían abordarlos las empresas durante la COVID-19? ¿Y después de la crisis? ¿El teletrabajo ha llegado para quedarse?

La pandemia de coronavirus ha obligado a las empresas a cambiar al trabajo remoto muy rápidamente. Aunque esta migración ha ido razonablemente bien durante un corto período de tiempo, hay algunos inconvenientes que los líderes empresariales deben tener en cuenta. Después de todo, la implementación del teletrabajo es más amplia y profunda de lo que la mayoría de las organizaciones creen. Para tener éxito a largo plazo, se necesita un enfoque estructurado, junto con una inversión significativa para cambiar la cultura corporativa.

Los retos en la implementación del trabajo remoto

La crisis de COVID-19 enfrenta a las empresas con una gran cantidad de desafíos a corto plazo. Para mantener la productividad, ha sido imprescindible adoptar rápidamente el trabajo remoto. Sin embargo, esto también trae consigo algunas dificultades. Los tres obstáculos principales en la implementación del teletrabajo son:

1) Implementar el trabajo remoto de forma estructural

No es suficiente con proporcionar la infraestructura y las herramientas necesarias a los empleados. De hecho, algunas compañías ya tenían la infraestructura y las soluciones de teletrabajo disponibles al inicio de la crisis, pero ahora se están dando cuenta de todo su potencial. Las herramientas son importantes, pero una migración exitosa también requiere de liderazgo, pautas claras y compromiso real.

2) Asegurar la infraestructura para el trabajo remoto

Donde las compañías solían administrar todo de forma centralizada, ahora han de organizarlo todo de forma remota. Esto requiere cambios de seguridad y ajustes estructurales. Por ello, es necesario el compromiso de todos y cada uno de los empleados para navegar de forma segura con sus herramientas y dispositivos de trabajo.

3) Equilibrar el trabajo y la vida personal de los empleados

En un primer momento, ante la implantación del teletrabajo, los empleados no acostumbrados a ello pudieron experimentar un desenfoque de la frontera entre el trabajo y la vida personal. Sin embargo, los trabajadores han demostrado que esto no ha afectado a la productividad, pero representa una amenaza para la colaboración y la comunicación si no se planifica de la forma adecuada.

Los líderes necesitan definir una meta

Al implementar el trabajo remoto, los líderes empresariales primero deben definir una meta. La COVID-19 no es un objetivo en sí mismo. Los líderes de la empresa han de preguntarse por qué quieren implementar el teletrabajo más allá de las demandas de la crisis actual. ¿El objetivo es reducir el espacio de oficina? ¿Se puede utilizar para optimizar los desplazamientos o introducir más flexibilidad en la cultura corporativa?

Una vez definido el objetivo, el primer paso comienza con la adaptación del liderazgo a la nueva forma de trabajar. Los líderes empresariales han de establecer un conjunto de prácticas para poder comunicarse con los empleados y las partes interesadas. Por ejemplo, al contactar activamente con sus equipos con frecuencia, optimizar los calendarios, planificar sesiones de comentarios… La comunicación interna debería ser más rápida y mucho más frecuente. Esto mejora la colaboración y crea la confianza necesaria para implementar con éxito nuevas formas de trabajo.

Es necesario un conjunto de pautas claras para ayudar a los empleados a lidiar con esta nueva forma de trabajo: por qué, qué y cómo. Esta guía también debe reflejarse en una política de recursos humanos ajustada. El trabajo remoto ha llegado para quedarse, por lo que no es suficiente concentrarse en soluciones a corto plazo. Las empresas exitosas también planifican a largo plazo y, en consecuencia, adaptan su cultura corporativa a un entorno cambiante.

¿Cuáles son las herramientas adecuadas para una buena migración?

Para elegir las herramientas apropiadas, es importante saber primero lo que ya está disponible. Si la empresa necesita actuar rápidamente, tener soluciones propias puede ayudar a avanzar en el camino hacia la adopción completa del teletrabajo. Hay que tener en cuenta que cada cultura empresarial es diferente y, por tanto, cada organización puede necesitar diferentes herramientas para mantener alta la productividad.

Una vez iniciado el proceso de adopción, hay que organizar momentos de capacitación para los empleados, distribuirlos durante varios días, definir tareas, adaptar turnos y horarios… Esta forma de implementación estructural es esencial. El trabajo remoto es una inversión.

¿Por qué es importante mantener el bienestar emocional de los empleados para una buena colaboración?

Es importante que las empresas realicen un seguimiento del bienestar emocional de los empleados durante la implementación del teletrabajo. Los líderes de la compañía deben prestar atención al impacto que la falta de contacto físico tiene en las personas. Sólo cuando los empleados trabajan de forma remota se dan cuenta del valor añadido del contacto físico.

Las empresas necesitan estimular la cooperación entre colegas y monitorear la unión. Los momentos libres planificados de manera consciente, como los cafés virtuales o las sesiones de trabajo conjuntas, ofrecen a los equipos la oportunidad de conectarse entre sí.

El valor del trabajo remoto, ahora y después de la crisis

El trabajo remoto es una oportunidad para que las empresas cambien su forma de trabajar de manera sostenible: menos espacio de oficina, menos desplazamientos, menos viajes de negocios, descansos más cortos y mayor enfoque para los empleados. Los comentarios del mercado parecen indicar que los trabajadores remotos también tienen menos probabilidades de ausentarse debido a una enfermedad.

También puede tener un impacto positivo en el sistema de remuneración de las empresas y proporcionar información sobre las oportunidades de recursos humanos. El teletrabajo a mayor escala también ofrece a las empresas la flexibilidad para enfrentar eventos inesperados en el futuro, como la crisis COVID-19. Finalmente, el trabajo remoto puede dar un impulso renovado a la cooperación y la cohesión.

Invertir en teletrabajo tendrá consecuencias de largo alcance en la forma en que trabajaremos después de la crisis. Es demasiado pronto para predecir en qué medida volveremos a la antigua forma de trabajar, pero los líderes empresariales ya deberían pensar en el potencial de estas inversiones:

1) Un nuevo modelo operativo basado en una mayor flexibilidad y formas de trabajo más ágiles y remotas.

2) Una cultura corporativa más conectada interna y externamente y donde un análisis de colaboración puede proporcionar datos valiosos.

3) Una alineación de los objetivos comerciales con el nuevo estándar cultural y las expectativas de los empleados.

4) Métodos de análisis basados en datos para obtener información más detallada sobre nuevos patrones de aprendizaje, sentimientos de los empleados, etc.

En conclusión, parece que el teletrabajo ha llegado para quedarse y puede convertirse en una parte integral de nuestra forma de trabajar. Ha llegado el momento para que las empresas se preparen para esta ‘vuelta a la nueva normalidad’.

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